miércoles, 18 de marzo de 2009

Naranjas y limones, citropoesia

Naranjas anaranjadas exitantes.
Pechos primorosos exultantes.
Piel dorada de ensueño exigente.
Mirada desdeñosa pero inquisitiva
que mira, perdidamente, perceptiva.

Naranjas anaranjadas sotenidas
por tersos brazos a su medida.
Una falda amplia que esconde
la geografica escultura contenida
La escultura yace de pie comprendida
en el angulo semioscuro de la vida.

Naranjas anaranjadas exquisitas.
Sabor a vida, a miel, imperativa.
Sabor a vida, a hiel, pegiorativa.
Juego dual de sensibilidad.
Apetito inconsciente de sexualidad.

Una experiencia citrica de sensualidad.
Un sabor citrico de versatilidad
Un viaje citrico a la virtuosidad.
Naranjas anaranjadas... meditabundas.

Rosemarie Parra